«José Rivera tenía como modelo al santo cura de Ars»

(ABC) La Iglesia toledana celebró ayer la reciente aprobación por parte del Vaticano del decreto de «virtudes heroicas» de José Rivera, sacerdote fallecido en 1991 y conocido como el «Padre de los pobres». El vicepostulador de la causa, Fernando Fernández de Bobadilla, párroco de Los Yébenes y Marjaliza, se autodefine en este proceso de canonización como «el chico de los recados». Dicho coloquialmente, el que ha tenido que trajinar con todo el trasunto del proceso, que en Roma lo lleva el postulador, que no conoció a José Rivera.

«Yo fui dirigido espiritualmente por don José durante los once últimos años de su vida y fue mi profesor, confesor y modelo de sacerdote. El postulador no es necesario que conozca al sujeto, porque es como un abogado que es profesional y que con todo el material que se le suministra elabora la causa que hay que presentar en el tribunal en Roma», señala Fernando Fernández.

-¿En qué momento del proceso de canonización nos encontramos?

-En el que la Iglesia, la Santa Sede, reconoce que don José Rivera ha vivido todas las virtudes cristianas en grado heroico. Esto significa que ha respondido a la gracia de Dios de una manera extraordinaria. Este es el momento en que se le declara venerable, que significa que es digno de veneración porque es modelo y ejemplo para los demás cristianos, y especialmente en su caso para los sacerdotes.

-¿Y ahora cuál es el siguiente paso?

-Después de haber sido declarado venerable, hace falta demostrar, con otro proceso con todas las normas propias de la Iglesia, que ha habido un milagro por su intercesión, que ha habido algo que es verdaderamente inexplicable para la ciencia y que se ha producido con rapidez y de forma definitiva, que no hay vuelta, y que ha sido por su intercesión, es decir, que ha habido unas personas que se han puesto bajo su devoción pidiéndole a él ese milagro.

-¿Y en cuánto tiempo espera que pueda estar terminado todo el proceso de canonización de José Rivera?

-No lo sabemos, aunque gracias a Dios vamos muy deprisa. José Rivera murió en el año 1991 y el proceso diocesano de recoger datos, testimonios y escritos se terminó en octubre del año 2000, con lo cual llevamos poco tiempo. Quince años en Roma es muy poco tiempo, y ya estamos en las virtudes heroicas, que es la primera demostración. En esta segunda parte depende de que haya muchas o pocas personas que tengan devoción y se encomienden a él y que sea conveniente el milagro que sea. Después, una vez que sea declarado beato, otro milagro distinto y posterior tendría que ser necesario para la canonización.

-¿Qué actos se van a celebrar este domingo en reconocimiento a su figura?

-En la catedral, hoy a las seis de la tarde, tendremos una misa de acción de gracias por esta declaración de venerable, que la presidirá el arzobispo, don Braulio, y concelebrarán varios obispos y sacerdotes. Ahí daremos gracias a Dios por que un hijo de la Iglesia ha sido reconocido como verdadero ejemplo y modelo por sus virtudes. Pero antes, a las cuatro y media, tendremos en la iglesia de San Bartolomé, que es donde está la sepultura de don José Rivera, una charla-coloquio con el postulador de la causa, que es un fraile capuchino, fray Alfonso Ramírez, que viene de Roma para este acto.

Renuncia a todo

-Para quien no lo conozca ¿Cómo definiría de forma breve la figura de José Rivera?

-Como un sacerdote de una pieza. Un sacerdote enamorado de Jesucristo, de la Iglesia y de su vocación sacerdotal.

-Él se dedicó completamente a los más pobres, y seguro que pudo llegar más alto en la jerarquía de la Iglesia, pero renunció a ello…

-Por supuesto que sí. Don José podía haber hecho lo que llamamos carrera eclesiástica, porque era una persona muy inteligente, con una cultura vastísima, de Literatura, de Filosofía… y por su situación social, ya pertenecía a una familia bastante acomodada que además en Toledo tenía bastante influencia, podía haber prosperado en ese sentido mundano de lo que son las carreras eclesiásticas, pero don José rechazó siempre cualquier título. No quiso hacer ningunos estudios de grado superior para tener títulos académicos, y lo que él quería era vivir su sacerdocio al estilo de los santos sacerdotes. Tenía como modelo al santo cura de Ars, que era pobrísimo y vivía una vida austerísima y muy sacrificada.

Ayuda a los gitanos

-De hecho se le llamaba «Padre de los pobres» y llegó a perderlo todo, una manera de vida que posiblemente en estos tiempos no se entienda…

-La manera de vida de don José se entiende por Jesucristo, que se despojó de todo para entregarlo por la salvación de todos. Y eso lo interpreta don José como un despojamiento total de los bienes materiales, pero también de todo en el sentido de su tiempo, de su inteligencia, de sus libros… él termina su vida en el año 91 y no tenía prácticamente nada de posesión, lo tenía todo entregado. También es verdad que en la última etapa fue muy llamativa su entrega especialmente a los pobres y de alguna manera singular a los gitanos de Toledo. Decía que la cultura gitana era muy incomprendida y que cuando intentábamos ayudarles lo hacíamos según la mentalidad nuestra de payos, sin darnos cuenta de que ellos tienen otra cultura, con lo cual nunca les dábamos una ayuda adecuada. Pero ayuda material además de la espiritual, porque yo he conocido familias de gitanos a los que don José les anunciaba explícitamente la fe y el evangelio.

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