«Al pueblo de Dios en Bolivia: no se dejen engañar»
Los obispos bolivianos advierten a los fieles sobre la secta «Iglesia católica apostólica nacional boliviana»
La Conferencia Episcopal Boliviana ha advertido a los fieles del país sobre la llamada «Iglesia católica apostólica nacional boliviana», una organización religiosa que ha generado confusión en los fieles. Con el nombre de «Al pueblo de Dios en Bolivia: no se dejen engañar», el comunicado recomienda acudir directamente a las parroquias y consultar a los Obispados ante cualquier duda sobre la identidad de un sacerdote.
(Gaudium Press) Los Obispos aclararon que el líder de la mencionada denominación, Richard Lipacho Zambrana, fue sacerdote católico «a quien la Santa Sede decidió dimitir del estado clerical el 24 de septiembre del año 2012». Por este motivo ante la Iglesia es considerado laico y no puede administrar sacramentos válidamente. «Pero esta persona se presenta y actúa como obispo católico, sin haber sido elegido por el Santo Padre», denunciaron los prelados.
Además del mencionado líder, la organización religiosa ha admitido sacerdotes suspendidos por los Obispos y ex seminaristas «que han sido ordenados diáconos o presbíteros de forma inválida, en simulacros de celebraciones». Los Obispos advirtieron que una suspensión de un sacerdote puede originarse en «graves irregularidades cometidas en el ejercicio de su ministerio» y que el hecho de que pretendan continuar simulando los sacramentos es una falta grave y «una instrumentalización de la buena fe de las personas, aspectos que estamos en la obligación moral de denunciar».
Los prelados reiteraron que los miembros del grupo se encuentran fuera de la comunión con la Iglesia Católica, no pueden emitir ningún certificado válido ni la Iglesia Católica puede reconocer sus firmas en documentos eclesiásticos. «No se dejen engañar. Este grupo ha repartido numerosas tarjetas ofreciendo celebraciones de supuestos sacramentos», alertaron. «Debemos evitar que algo tan grande y divino como los Sacramentos de la Iglesia, a través de los cuales se nos dan las gracias de Dios, sean instrumentalizados para el lucro de personas y grupos, que actúan fraudulentamente buscando intereses particulares».
De igual manera, advirtieron «con toda claridad y contundencia» que la persona que participa en los actos de este grupo conociendo su situación «dejándose llevar tal vez por la comodidad, las ventajas de tipo particular, la ausencia de exigencias o cierta ingenuidad, perjudica gravemente la comunión con el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, colabora a la división y contradice el deseo de Cristo: 'Padre que todos sean Uno', (Jn 17,21) por lo que incurre en una grave falta».
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