(Actuall) «Quienes aman su libertad deben salvar a Bruselas de la sovietización, de quienes quieren decirnos con quién debemos vivir en nuestros países», ha afirmado Orbán durante un acto en recuerdo de la revuelta antisoviética de 1956.
«Queremos ser una nación europea, no una nacionalidad dentro de Europa», ha apostillado, a lo que han respondido con vivas los miles de simpatizantes que han participado en el acto.
Durante la intervención de Orbán también ha habido críticas y abucheos de cientos de personas y se han producido forcejeos entre seguidores y detractores de Orbán. «No podemos crear un espacio de libertad mientras exista esta despreciable oposición izquierdista», ha argumentado uno de los seguidores de Orbán, Laszlo Barta, que portaba una bandera húngara sobre los hombros.
Orbán ha aprovechado su intervención para reivindicar la Cristiandad y el estado-nación. «Como herederos del 1956, no podemos permitir que Europa cercene las raíces que la han hecho grande y nos han permitido sobrevivir a la represión soviética. No hay una Europa libre sin estados-nación y sin los miles de años de sabiduría de la Cristiandad», ha argumentado. «Tenemos que cerrar la frontera para detener la inmigración masiva que llega del sur», ha añadido.
En el acto también ha participado como invitado el presidente polaco, Andrzej Duda, quien ha prometido el apoyo de Polonia. «Podéis contar con Polonia. Marchamos juntos en estos difíciles momentos», ha afirmado Duda. «Somos dos países construidos con cimientos cristianos y que ahora son libres en una Europa unificada», ha señalado.
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