La organización Ayahuasca Internacional Canarias organiza esta semana en Tenerife un nuevo encuentro para experimentar con el consumo de esta planta psicoactiva. El medio digital Caso 7 se hizo eco de estas citas públicas en un reportaje publicado hace dos semanas, según informa Héctor Fajardo. Estas nuevas convocatorias han alarmado a profesionales de la Psicología, como Anastasio Pablo González Báez, psicólogo con acreditación sanitaria, experto en psicooncología y master en tanatología.
El especialista explica que “la ayahuasca es un psicoactivo, cuyas bases neuroquímicas y farmacológicas son complejas y poco conocidas. Hay publicaciones y ensayos pre-clínicos que informan de reacciones adversas que atentan contra la vida del consumidor, llegando incluso a la muerte”. González Báez confirma que “la principal sustancia presente en este preparado es la DMT o dimetiltriptamina, siendo su principal efecto el alucinógeno. Además, los efectos subjetivos experimentados son cualitativamente similares por el consumo de mescalina o LSD-25”.
Un efecto posterior
El consumo de ayahuasca, tras el proceso de preparado, genera una reacción que modula la percepción de la realidad a los 45 minutos de su ingesta, teniendo un pico máximo entre los 90 y 120 minutos posteriores. “El efecto psicoactivo desaparece a las 4 horas de su consumo, aproximadamente”, explica el psicólogo.
Los estudios realizados hasta el momento han observado, en las personas que la han consumido, “modificaciones perceptivas, cognitivas y afectivas, con cambios de estado de conciencia y modificación perceptiva en los sentidos de la vista, oído y tacto, aparición de visiones acompañadas de emociones intensas y rapidez de pensamiento. Por otra parte, se ha encontrado semejanza psicofisiológica en la experiencia de su consumo y los estados psicóticos que se presentan en la esquizofrenia”. Por ello, su consumo, cuanto menos, no está indicado en personas con alguna patología mental.Una impresión de experiencia “real”
Muchos consumidores de esta planta aseguran, tras su ingesta, haber vivido una experiencia real y perturbadora. González explica que “la ayahuasca provoca la activación de áreas cerebrales que explican por qué las experiencias tras el consumo de ayahuasca tienen una forma tan real como las experimentadas ordinariamente”. Produce una reducción de la fase REM del sueño, fase muy importante con la función de reorganización de la memoria.
Además, su consumo aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, provoca náuseas, vómitos, cambios subjetivos en la temperatura corporal, desorientación, ansiedad, paranoia y parálisis. Asimismo, se han descrito casos de aparición de manifestaciones psicóticas. El especialista asegura que “estos efectos descritos se deben únicamente a la interacción producida por los principios activos de la ayahuasca en el sistema nervioso, en sus diferentes circuitos y zonas”.
Los organizadores de estos encuentros para consumir ayahuasca aseguran que permite “solucionar bloqueos emocionales” y hasta “resolver problemas psicológicos”. Anastasio González confirma que “aún las indicaciones terapéuticas están siendo estudiadas, por lo tanto, hablamos de ensayos pre-clínicos, donde se hace necesario el uso de muestras grandes y comparar con otros grupos con diferentes tratamientos”. Además, el especialista confirma que “los estudios muy escasos, lo que significa poca fiabilidad, además de que deben realizarse por parte de personal investigador cualificado”.
Contacto con seres de otras dimensiones
Por otra parte, estas citas para consumir y experimentar con la ayahuasca pretenden, según afirman, “expandir la conciencia”. Este término, tan usado, se refiere, según detalla el psicólogo, “de un término propio de la psicología transpersonal, que interpretan diferentes niveles de conciencia, donde se puede contactar con otras dimensiones o incluso seres, y a los que se llega por consumo de sustancias y cuya actividad se le supone mágica. Con esto defino lo que se intenta o presupone que se alcanza con su consumo, y que realmente es lo que se vende al consumidor, y cuyas expectativas de cambio son resueltas por este tipo de argumentos”.
Para Anastasio González “es una forma de manipular a las personas a las que se les hace creer que realmente el control es externo, si yo expando mi consciencia y alcanzo un supuesto nivel, donde se encuentra mi guía espiritual, el control de esto ya no está en mí, hablamos de un locus de control externo que es el responsable del cambio, cuando realmente desde la psicología, por ejemplo, lo que se trata es asumir un control interno por parte del sujeto o usuario, locus de control interno, que te pueda posibilitar cambios y que sea la persona la creadora de su cambio, y no la parafernalia que se monta en estos eventos. La combinación del efecto psicoactivo más la manipulación de los facilitadores, que realizan en estos encuentros, mientras se está bajo efecto de esta sustancia, es lo que llaman terapia”.
Sustancia restringida en España
El psicólogo se muestra en contra de estos encuentros realizados por el grupo Ayahuasca Internacional, dado que “en España el uso de esta sustancia está restringido por la Orden SCO/190/2004, de 28 de enero, por la que se establece la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringida por razón de seguridad. Sometida su vigilancia y control a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, así como las Autoridades Sanitarias de las Comunidades Autónomas”.
“Se trata de un preparado no regulado legalmente, aunque es verdad que existe una orden publicada en BOE que restringe su uso. Esto supone que su uso es limitado a la investigación y en centros sanitarios. Además, según consultas elevadas de forma particular sobre su ilegalidad o no, parece ser que carece de esta ilegalidad, pero vuelvo a reiterar la Orden que restringe su uso. Por lo tanto, parece existir un desconocimiento por parte de la Administración que regula su uso y por otro lado, no persigue o sanciona el uso inadecuado de la misma”, sentencia el experto.
Por último, el experto concluye asegurando que “no estoy en contra del uso de la ayahuasca siempre dentro de su contexto original y al cual no pertenecemos, y sí del uso inadecuado de personas sin titulación sanitaria, sin cumplir requisitos para actuar en el campo de la salud, careciendo de registro de centro sanitario, sin cumplir la orden de restricción por toxicidad, y del uso de la palabra psicoterapia o terapeuta, que aunque no esté regulada, da lugar a pensar que detrás existe un profesional que cumple, no solo con la titulación, sino con los requisitos legales de registro, formación, colegiación y cumplimiento de la ética profesional”.
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