(Actuall) El ayuntamiento de Madrid acoge desde hace unos días una nueva exposición en sus instalaciones y como viene siendo habitual, no está exenta de polémicas.
Anteriormente una exposición de cómics con imágenes pornográficas, de violaciones y sadomasoquismo; y ahora el motivo de la exposición es el ruido. Y qué mejor manera de exhibirlo que una parodia que se realizó en Madrid en 2007 sobre una procesión de Semana Santa.
El objetivo de la exposición es proponer «relatos que se centran en el trabajo de los herreros, las campanas, la fiesta, la protesta, la música mendicante, los carnavales y ritos» y «sugerir genealogías hipotéticas sobre el uso del sonido como modo de ocupación del espacio público», tal y como indica la nota de prensa de la actividad.
Y para comenzar, un paso de Semana Santa estaría bien. Pero uno de verdad. Quizás explicaría el objetivo de la exposición, igual que un encierro de los sanfermines o un muecín llamando a la oración a través de los altavoces de una mezquita. Pero aquí se ha preferido usar una burda imitación de una procesión de Semana Santa, con un supuesto penitente arrastrando un trozo de piano junto a unos cofrades disfrazados con material de obra.
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