(Agencias/InfoCatólica) El Tribunal Constitucional (TC) emitió la semana pasada una sentencia que habilita a Morales a buscar un cuarto mandato consecutivo para el período 2020-2025, después de despejar el camino de trabas legales, a pedido de su partido. El año pasado un referendo ya le había negado la posibilidad de una nueva reelección.
La Conferencia Episcopal de Bolivia estima que «se han roto los principios básicos de la democracia: el respeto a las leyes, a la institucionalidad y a la separación de los poderes del Estado, lo que abre el camino al totalitarismo y al dominio del más fuerte, con el consiguiente menoscabo de la libertad del pueblo».
Según los obispos bolivianos, la sentencia constitucional «significa un retroceso en la democracia del país».
En la misma línea, la oposición boliviana, todavía fragmentada y sin plataforma única, tradujo ese rechazo a la repostulación de Morales, llamando a boicotear las recientes elecciones de la cúpula del Poder Judicial. Los votos en blanco y nulos orillaron un inédito 65%, según datos preliminares del órgano electoral.
La Iglesia estableció que esos resultados «dejan un mensaje claro por parte de la ciudadanía que (...) rechaza un proceso cuestionado en la selección y elección de autoridades judiciales».
El oficialismo rechazó de inmediato la opinión de la Iglesia. «Nos llama la atención que coincida (la Iglesia) con las posiciones de derecha, reaccionarias de Bolivia», indicó la diputada oficialista Sonia Brito.
El gobernante boliviano se entrevistará con el papa Francisco el próximo 15 diciembre en el Vaticano, según la Cancillería.
En el poder desde 2006, Morales ha ganado holgadamente tres elecciones presidenciales, en la última ocasión, tras aprobar una nueva Constitución en 2009, pero ha perdido un referendo en 2016 de consulta sobre modificaciones constitucionales para su repostulación y, el pasado domingo, unas elecciones judiciales.
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