(Gaudium Press) El P. Giovanni Scalese, sacerdote responsable de la Missio Sui Iuris de Afganistán, presidió la siembra de un árbol de olivo procedente de Tierra Santa en la plaza de su templo en Kabul, Afganistán, como un símbolo de paz que se suma a la reciente consagración del país al Inmaculado Corazón de María, también realizada por el presbítero y la pequeña minoría católica en el país.
«La contribución que la pequeña comunidad católica puede dar a la construcción de la paz en Afganistán es limitada», comentó el P. Scalese a Fides. «Pero tenemos un arma secreta que puede lograr resultados inimaginables: la oración». La presencia católica, casi imperceptible por su número y compuesta casi totalmente de extranjeros, es una señal de esperanza en medio de la fragilidad social y la continua presión para reinstaurar el extremismo.
El P. Scalese manifestó su confianza en que el país está «comenzando un camino hacia un mejor futuro», en el que aún no se disfruta de paz, pero ya se iniciado un proceso de cambio. «Los talibanes ya han dicho que no aceptan la Constitución actual, impuesta desde fuera», informó el sacerdote. «Sin embargo, no creemos que ellos esperen regresar a la situación anterior a 2001, como si estos 18 años no existieran». La población local, en especial los jóvenes, ya están acostumbrados a los derechos que se han recuperado y el misionero confía que los avances no puedan ser cuestionados nuevamente.
El árbol de olivo fue plantado en el Domingo de Ramos, abril 14, con la presencia del embajador italiano, Roberto Cantone y el General Salvatore Camporeale. «Lo llamaremos el Árbol de Olivo de la Paz», indicó el sacerdote.
Con información de Fides.
Publicar un comentario