Víctor Javier Ibáñez, licenciado en Derecho e investigador de temas históricos, reflexiona acerca de su libro Una resistencia olvidada. Tradicionalistas mártires del terrorismo, Ediciones Auzolan. Tras la buena acogida de la primera edición de 2018, este año 2021 ha aparecido una segunda edición ampliada y corregida del libro.
¿Por qué un libro sobre los Tradicionalistas mártires del terrorismo? ¿Era necesario un trabajo así para sacar a la luz el testimonio de estos mártires ante la barbarie criminal?
Era una necesidad histórica y de justicia. Además hay circunstancias de carácter personal, por la de deuda de gratitud que tengo con tradicionalistas vascongados y navarros que ante la indefensión en que se encontraron tuvieron que abandonar la tierra de sus padres. Algunos se avecindaron cerca de mi pueblo natal y contribuyeron a que conociese el carlismo.
¿Quiénes han sido los culpables de ese olvido y sus causas?
Ha habido una voluntad deliberada de construir un relato canónico y oficial del régimen demoliberal por el cual las víctimas del terrorismo morían “por la constitución". Los carlistas no encajaban en ese esquema, por lo que pesó sobre su martirio una losa de silencio oficial. Sus verdugos y aliados nacionalistas e izquierdistas también pretendieron desfigurarlos ante la opinión pública, tildándolos, ni más ni menos, que de “enemigos del pueblo vasco". Y cómo última derivada, en este caso no culposa, los carlistas jamás han sido victimistas y llevan el sufrimiento con una dignidad admirable, sin pretender hacer coartada política del mismo y con confianza en la Misericordia de Dios.
En el primer capítulo es muy simbólico que anteponga el signo de la serpiente al de la cruz, ¿Qué importancia tienen ambas simbologías?
Según los etarras la serpiente representa la astucia y la inteligencia que dirige el hacha, que sería la fuerza. Pero la serpiente es uno de los símbolos del pecado por antonomasia, y ese significado no era ajeno a pueblos cristianos, como lo era el vasco cuando se fundó la banda terrorista. Sobre la Cruz es interesante incidir en que los primeros ataques de los terroristas fueron contra ese símbolo: contra los monumentos funerarios rematados siempre por el signo de la Redención, altares que recordaban la gesta de los Requetés vascongados y navarros, Vía Crucis, etc. Por tanto es evidente que en este ataque del separatismo contra la tradición vascongada y navarra hay una dimensión de impiedad.
También apunta la importancia del componente ideológico y étnico…¿Por qué juega un papel ta importante?
El delirio racista sabianiano y la dialéctica totalitaria del marxismo operaron desde el inicio entre los componentes ideológicos de la banda terrorista. Lo paradójico es que quienes encarnaban este cóctel letal ni podían jactarse de no tener su sangre “manchada” con orígenes del resto de España, ni eran obreros explotados. Entre los etarras prevalecía la extracción social de familias burguesas urbanas, que no sabían ni contar hasta diez en vascuence, ajenas al mundo tradicional vasco de caserío y frontón. Y otros muchos, particularmente los más sangrientos, eran hijos de familias cuyos progenitores no eran Vascos o habían nacido fuera del ámbito territorial que reivindicaban como “Euskadi". En cambio, los carlistas que asesinaron y las familias que se acabaron trasterrando eran auténticos representantes del pueblo vasco por linaje, lengua y cultivo de las costumbres y tradiciones más inmemoriales.
¿Por qué antes que de las personas empieza hablando de la destrucción de los símbolos sagrados?
Responde a un criterio puramente cronológico, como he adelantado antes: al inicio ETA comenzó atentando contra esos símbolos sagrados y paulatinamente recrudeció su ofensiva terrorista atentando contra personas.
Luego ya pasa a citar los testimonios de personas concretas, tanto carlistas como simpatizantes, incluso militares afines a la Causa…¿Cómo fue de enriquecedora la labor de documentación y recopilación?
En tanto en cuanto se han rescatado detalles domésticos e íntimos de esas personas concretas creo que la documentación aportada en el libro sirve para hacerse una idea cabal de aquellos duros años (y sus actuales consecuencias) contribuyendo a documentar unas realidades que habían quedado oscurecidas.
Posteriormente aborda el drama de aquellos que se vieron obligados a abandonar su tierra por el terror…Es significativo que lo incluya dentro de un libro de martirio…
Sí, desde luego. Aunque no cruenta fue una forma extraordinariamente dura de sufrir esa ofensiva terrorista. Y de comprobar cómo los que deberían haber asegurado su seguridad e integridad personal hicieron dejación absoluta de sus funciones.
Y por último apunta una resistencia en la transición…¿Se ha difuminado del todo el democracia o puede volver a florecer esta resistencia?
El sistema demoliberal tiene unas tendencias tan disolventes que han llevado a prácticamente hacer desaparecer aquellos sustratos y vestigios tradicionalistas que podrían subsistir en los primeros años de la transición. Pero no podemos hacer un juicio categórico sobre este aspecto, pues al final el propio sistema tiende a colapsar fruto de sus debilidades y contradicciones mientras que todo el acervo de la Tradición permanece.
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Por Javier Navascués
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