(CH/InfoCatólica) La baronesa Helen Liddell, de Coatdyke, presidenta del Independent Review Group of the Roman Catholic Church, dijo que los obispos habían «mostrado una buena disposición para someter sus diócesis al un profundo escrutinio».
Además explicó que las auditorías suponen «una actuación importante, única en Escocia», pero agregó que eran necesarias porque las auditorías realizadas por las propias diócesis le habían dado al grupo de revisión «un motivo real de preocupación».
«Había una disposición a cumplir con los estándares de actuación básicos, pero poca evidencia de cumplir con los requisitos para forjar una cultura a favor de más seguridad», dijo en una declaración enviada el 15 de junio por correo electrónico a Catholic News Service. «Tampoco había forma de verificar la exactitud de los resultados y la falta de claridad con respecto a las necesidades y el apoyo de las víctimas de abuso».
La baronesa dijo que había «una necesidad de mayor consistencia, análisis independiente y profesionalismo en el monitoreo del progreso» y también una reexamen de los procesos para la denuncia de irregularidades.
«Debe haber un cambio en la cultura, en la capacidad de actuar, y eso requiere capacitación, aprendizaje, reflexión, mayor transparencia y necesidar de liderazgo», dijo Liddell.
«Hemos encontrado una buena disposición para adoptar ese cambio, pero el verdadero progreso solo se puede lograr como resultado de un análisis profundo de las fortalezas y debilidades», dijo.
Añadió que dos de las ocho diócesis escocesas, la Archidiócesis de St. Andrews y Edimburgo y la Diócesis de Galloway, ya fueron auditadas, y el resto se auditará a un ritmo de de dos por año.
«También buscaremos llegar a los supervivientes de los abusos para aprender de ellos», aseguró la baronesa Liddell.
Su declaración coincidió con la publicación del primer informe del grupo de revisión sobre prácticas y políticas de protección en la Iglesia católica escocesa.
El obispo Joseph Toal, de Motherwell, quien tiene la responsabilidad de supervisar el trabajo del Servicio Católico Escocés de Salvaguarda, recibió con beneplácito el informe:
«Tomaremos tiempo para darle una seria consideración. Desde la creación del Grupo de Revisión Independiente, hemos tomado medidas para mejorar las prácticas de protección en las ocho diócesis de Escocia. La más significativa de estas acciones incluye la publicación de 'A imagen de Dios' (nuestro manual de procedimientos de salvaguarda), una revisión radical de la auditoría de salvaguarda anual, que se completa en cada parroquia católica y, más recientemente, auditorías de salvaguardia totalmente independientes».
Y añadió
«Estamos decididos a aplicar lo que aprendemos ... y a garantizar que se cumplan los más altos estándares de práctica de protección en toda la Iglesia en Escocia».
Las prácticas de protección en la Iglesia católica escocesa fueron revisadas por primera vez por la Comisión McLellan, establecida en 2013.
En agosto de 2015, la comisión publicó un informe en el que recomendaba el control externo e independiente de las políticas y su puesta en práctica, y los obispos respondieron estableciendo el grupo de revisión en mayo de 2017.
Publicar un comentario