Un bebé que nació prematuro y está internado en el Hospital Pediátrico Humberto Notti (Mendoza, Argentina) recibió una transfusión de sangre de urgencia pese a la negativa de sus padres, que son testigos de Jehová, y por eso hay polémica, tal como informa el diario Los Andes.
El caso fue dado a conocer por Radio Nihuil, donde además se detalló que el pequeño nació hace apenas 14 días y pesa tan solo 1,200 kg. La vida del recién nacido corría peligro y necesitaba una rápida intervención. Los médicos no dudaron: lo trasfundieron y le salvaron la vida. Sin embargo, los progenitores del bebé manifestaron su negativa a esta práctica.
Pese a que los adultos pueden rechazar la transfusión, para impedir ese procedimiento en un niño deberían haber recurrido a la Justicia, pero no tuvieron tiempo de hacerlo, el riesgo de muerte era alto y los doctores priorizaron salvar la vida del paciente, según leemos en MDZ. Los padres sintieron que se había vulnerado su derecho a decidir y habrían recurrido a la Justicia según las primeras informaciones periodísticas (cosa que se ha desmentido después).
Los testigos de Jehová no aceptan este tipo de tratamientos porque “tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento nos mandan abstenernos de la sangre”, tal como explican en su sitio web oficial. “Además, para Dios, la sangre representa la vida. Así que los Testigos obedecemos el mandato bíblico de abstenernos de la sangre por respeto a Dios, quien nos dio la vida”, agregan.
Aclaración: hubo autorización judicial
Lo dicho hasta ahora resume las primeras noticias publicadas por los medios de comunicación mendocinos. Sin embargo, según pasa el tiempo se van conociendo más detalles. La periodista Sandra Conte explica hoy en Los Andes que los médicos del Hospital Humberto Notti recurrieron a la Justicia para que autorizara el tratamiento, habida cuenta de la postura de los padres.
La doctora Adriana Bobillo, jefa del Servicio de Terapia Intensiva del Notti, explicó que ya habían anticipado la situación a la titular del Cuarto Juzgado de Familia cuando el pequeño fue derivado al hospital. Esto, porque estaban al tanto de la “religión” de los progenitores y de la posibilidad de que el varón necesitara ser transfundido.Es que el bebé, prematuro, no sólo estaba anémico sino que también tiene una enteritis y no recibía oxigenación en el intestino. Bobillo, quien no era la médica de cabecera pero intervino como jefa del Servicio, detalló que se utilizó un aparato específico para medir cuánto oxígeno estaba llegando al sistema digestivo y determinaron que nada, lo que hacía peligrar su vida.
Por otra parte, el oxígeno que le administraran de modo externo no iba a llegar al intestino, por lo que era necesario reforzar la cantidad de glóbulos rojos, que son los que conducen este elemento. Ante este altísimo riesgo de vida, se contactó nuevamente a la jueza, que autorizó la transfusión y envió un oficio para que fuera incluido en la historia clínica.
Entretanto, concurrió al Hospital Notti un Comité de Enlace de los Testigos de Jehová, para acompañar a los padres y explicar el porqué de su negativa, y con quienes los profesionales dialogaron. Pese a que algunas versiones periodísticas difundieron que se habían iniciado acciones legales, Adriana Bobillo descartó que esto haya ocurrido.
Mejoría del bebé
El bebé ha mejorado notablemente. Su pancita se ha ablandado, el oxígeno está llegando al intestino y no necesita la asistencia de un respirador. Sin embargo, se mantienen los riesgos asociados a tan bajo peso.
Mónica Rinaldi, directora de Maternidad e Infancia de la provincia, explicó que es común acudir a la Justicia cuando los papás son de esta religión y el niño necesita, porque está en riesgo su vida, una transfusión. Asimismo, aclaró que este procedimiento se evita por todos los medios posibles y se utiliza sólo cuando se agotan otras instancias.
Pero en ocasiones, detalló, no se puede esperar a que el paciente se recupere progresivamente, como ocurre cuando se le administra hierro u hormonas que estimulan la formación de glóbulos rojos. Asimismo, indicó que los progenitores suelen sentirse aliviados cuando un juez resuelve la situación.
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