(CNA/InfoCatólica) El Supremo anuló una sentencia del Quinto Tribunal de Circuito de EE.UU. contra Rubén Gutiérrez, un recluso católico condenado a muerte en Texas que impugnaba la prohibición estatal de los capellanes en las ejecuciones.
Además de anular la sentencia del Quinto Circuito, el Tribunal Supremo devolvió el caso de Gutiérrez a los tribunales inferiores para que lo reconsideraran, a la luz de las conclusiones de otro tribunal de distrito, según las cuales un capellán dentro de la cámara de ejecución no presentaría problemas de seguridad.
Un abogado del grupo legal de libertad religiosa Becket dijo que la decisión era una victoria para dicha libertad, y pidió al estado de Texas que dejara de luchar contra el caso de Gutiérrez en los tribunales y le proporcione un sacerdote durante su ejecución.
Eric Rassbach, abogado de Becket, calificó el fallo de victoria «importante» para la libertad religiosa y pidió al Departamento de Justicia Penal de Texas «que capte la indirecta y restablezca la práctica centenaria de proporcionar el consuelo de los clérigos a los condenados».
Gutiérrez fue condenado a muerte por el asesinato en 1998 de Escolástica Harrison, una mujer de 85 años, durante un intento de robo. Ha mantenido su inocencia, diciendo que participó en el robo pero que no cometió el asesinato de Harrison.
Había solicitado que el capellán católico de su prisión estuviera presente en la cámara de ejecución durante su muerte. La petición de Gutiérrez fue denegada debido a un protocolo de ejecución estatal de 2019 que prohíbe la presencia de capellanes en dicha cámara.
Gutiérrez impugnó la política en los tribunales, alegando que violaba sus derechos en virtud de la Primera Enmienda y de la Ley de Uso de Suelo Religioso y Personas Institucionalizadas (RLUIPA).
La Corte Suprema suspendió su ejecución, que estaba prevista para el 16 de junio de 2020, ordenando al tribunal de distrito que considerara los problemas de seguridad derivados de la presencia de un capellán en la cámara de ejecución. El tribunal de distrito consideró posteriormente que «no se producirían problemas graves de seguridad» por la presencia de un capellán en la cámara de ejecución.
El verano pasado, la Conferencia Episcopal de Texas había calificado la denegación por parte del Estado de un capellán para Gutiérrez como «un rechazo atroz de la posibilidad de perdón y redención mientras el Estado comete la violencia de una ejecución».
El obispo Daniel Flores de Brownsville, Texas, dijo que la decisión del estado era «cruel e inhumana».
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