(Fides/InfoCatólica) «Cuidar, ayudar y servir a los demás sin distinción de casta o religión, es la forma de manifestar el amor de Dios por los seres humanos»: con estas palabras, comunicadas a la Agencia Fides, la hna. Lucy Kurien, religiosa del Instituto de la Santa Cruz de Chavanod, informa de la apertura de un nuevo refugio para mujeres y niños de la calle en Calcuta.
Durante 35 años, la religiosa ha trabajado en la hospitalidad y en restaurar la dignidad de mujeres y niños: la casa, que acaba de abrir, es el 50º centro administrado por la hermana Lucy (ubicados en los estados de Kerala, Maharashtra, Jharkhand) y es el primero en Bengala occidental.
«Tenemos la gracia de abrir nuestro nuevo centro en Calcuta, donde vivió y trabajó la Santa Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad. Me inspiraba en ella cuando era joven», explica a Fides la hermana Kurien. Durante su juventud, en el momento de su formación, la religiosa solía actuar como voluntaria en los hogares de las Misioneras de la Caridad en Bombay, en el oeste de la India. «Los encuentros y experiencias con las Misioneras de la Caridad me dejaron una profunda impresión para el servicio social y misionero a favor de las mujeres y los niños de la calle», dice.
La hermana Kurien es la fundadora y directora de la red humanitaria «Maher» («la casa de mi madre» en marathi) con sede en Pune, una serie de centros dedicados a las personas que viven en la pobreza y la indigencia en varias partes de la India.
«Maher está agradecido con todos nuestros amigos y vecinos que han venido a visitarnos y nos han ofrecido su ayuda. Es una iniciativa alentadora, a pesar de que todos sufrimos miedo por el Covid-19. El amor puede vencer cualquier miedo. Tenemos la firme esperanza de que todo saldrá bien» explica la religiosa, definida por muchos como una «heroína» por haber rescatado a miles de niños de las calles de la India con su organización «Maher».
«Nuestro Centro ofrece apoyo integral - fortaleza física, emocional, mental y espiritual - a mujeres y niños para su bienestar, para que puedan experimentar seguridad y protección, crecer y vivir como personas con dignidad y responsabilidad en la sociedad», explica la hermana Kurien. «Nuestro trabajo continúa ayudando a estas mujeres y niños en dificultad, confiando en el poder y la gracia de Dios. Es una obra de la misericordia divina, realizada gracias a medios humanos: personas de diferentes orígenes religiosos que están dispuestas a ayudar al vecino por el bien común. Si Dios quiere, se abrirán más hogares para mujeres de la calle y niños indigentes en otras partes de la India», ha agregado.
La religiosa es la única católica entre las 20 mujeres que el gobierno indio ha honrado con el «Nari Shakti Puraska», un premio para quienes trabajan por la emancipación de la mujer. Lo recibió el 8 de marzo de 2016, en el Día Internacional de la Mujer, por su contribución excepcional ofrecida a la sociedad. En los últimos días ha sido definida, por la revista austriaca «OOOM», entre las 100 personas que más han influido en el mundo durante la crisis pandémica de 2020.
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