(AsiaNews/InfoCatólica)- Los líderes católicos y protestantes de Pakistán condenan las torturas infligidas a Sajid Masih, un cristiano de 24 años de Punjab que se lanzó desde el cuarto piso de la fiscalía mientras era sometido a un interrogatorio y torturado junto al primo Patras, de 17 años, acusado de blasfemia. Las jerarquías cristianas piden a la Corte suprema que cancele el caso abierto por tentativa de suicidio e investigue lo que realmente sucedió: los abusos y las torturas sufridas por los dos jóvenes por manos de la policía.
Ayer la Comisión nacional Justicia y Paz (NCJ) de la Conferencia episcopal paquistaní difundió una declaración. En el documento -firmado por Mons. Joseph Arshad, presidente, el p. Emmanuel Yousaf (Mani), director nacional, y Cecil S. Chaudhry, director ejecutivo – se lee: «A la luz de las pruebas (recogidas), la Corte suprema contra Sajid Masih por intento de suicidio. Él estaba tratando de escapar de las torturas físicas y psíquicas y del pedido forzado de practicar sexo oral al primo menor de edad. El Estado debe iniciar una investigación independiente, asegurando un justo proceso y el acceso a la justicia de los acusados».
Los católicos denuncian que están en conocimiento de que «hasta en el hospital él (Sajid Masih) fue discriminado por los médicos, que no intervinieron inventando excusas y usando tácticas dilatorias». El gobierno, agregan, «debe garantizar la seguridad de los acusados y de sus familias, de manera que se pueda prevenir la real y efectiva amenaza de violencia y adoptar acciones severas contra los responsables».
Sajid estaba en condiciones estables cuando fue hospitalizado. En el día de ayer fue sometido a una intervención quirúrgica en ambas piernas fracturadas. La familia da a conocer que la operación duró unas 4 horas y salió bien. Ahora los mayores temores se refieren a una intervención que tendría que haberse realizado hace 4 o 5 días atrás. Se trata de una operación en la mandíbula, de unas 8 horas de duración. El hermano agradece a los cristianos por el apoyo demostrado y pide que continúen rezando por su curación.
Mientras tanto, el primo, Patras, continúa arrestado. Se lo acusa de haber publicado comentarios blasfemos en su sitio en Facebook. Según la NCJP, en 2017 se registraron 18 casos de blasfemia. En total, desde 1985 se sucedieron 1505 casos, muchos de los cuales terminaron en ataques de masa contra las minorías religiosas.
También los protestantes expresaron sus preocupaciones. Entre éstos, el Rev. Amjat Niamat, moderador de la Lahore Presbyterian Church of Pakistan.. En un video difundido el 25 de febrero, él habla de la creciente inseguridad entre los cristianos. «Nuestro mayor temor -afirma- es que los cristianos acusados de blasfemia sean asesinados en ejecuciones extra-judiciales, que sus familias puedan pasar problemas y que sus propiedades sean incendiadas». Luego, dirigiéndose a los musulmanes, pregunta: ¿Acaso creen que los cristianos pueden ser cortados como las verduras? Nosotros comemos la misma comida que comen ustedes, compartimos los mismos problemas que cada patriota paquistaní enfrenta. No queremos que nuestro país sea conducido a una guerra civil. Estamos muy preocupados por el abuso de esta ley [sobre la blasfemia, ndr].
En el video, el pastor lanza «n pedido al presidente de la Corte suprema de Pakistán, al jefe del ejército y al director de la FIA [Federal Intelligence Agency, que indaga sobre los casos de blasfemia, cuyos agentes son los responsables de los abusos contra Sajid – ndr], para que castiguen a los culpables. Estén de nuestra parte para detener el abuso de la ley. Acuso el silencio de los medios y de los mayores presentadores televisivos. «Nosotros servimos a este país en la educación y en la salud, pero somos tratados como ciudadanos de segunda clase». A continuación exhorta: «¿Dónde está los partidos políticos? Pido a toda la comunidad cristiana hacer valer el propio poder de voto y unirse en estas horas difíciles. Salgan afuera con una guerra por nuestra dignidad y nuestros derechos o el tiempo no se los perdonará. Dios sostiene a los que son indefensos».
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