(Cope) En su homilía, el cardenal Blázquez ha enviado un mensaje inicial: «Somos enviados pero elegidos por Jesús. Él se fía de nosotros y nos confía el ministerio. No somos espontáneos, somos elegidos, llamados y enviados» y ha destacado las palabras de San Pablo: «Cristo se fía de mí y me confió este ministerio y sé de quién me he fiado».
El cardenal Blázquez ha resaltado que la fe en Dios es fecunda en buenas obras. «La adoración de Dios conduce al servicio de los hombres. El encuentro con Dios nos impulsa a ayudar a los demás. La acogida del Padre Dios revelado en Jesucristo es fundamento de fraternidad», ha afirmado.
Además, el presidente de la CEE ha puesto como eje central de la vida de las personas y la sociedad al matrimonio y la familia. «No podemos olvidar que de la familia unida y saludable depende la salud ética de la sociedad», ha resaltado. En esta línea, ha afirmado: «El adulterio comienza en el corazón. ¿Por qué no nos detenemos a mirar con sinceridad y amor compasivo y esperanzado al matrimonio y la familia?».
En la actualidad, ha recordado, se multiplican las rupturas de los matrimonios y, por ende, de las familias. «Las rupturas llevan consigo el sufrimiento de los esposos, de los hijos y de la sociedad», ha señalado. Por otra parte, ha destacado que la educación de los hijos depende del hogar porque este es el lugar dónde se aprenden las «grandes lecciones para la vida».
Por último, el cardenal Blázquez ha concluido su homilía con un resumen de lo que ha supuesto este encuentro. «Nos hemos sentido encantados en este Congreso por el ambiente que se ha respirado. Estamos, probablemente, en el comienzo de una etapa preciosa y esperanzadora para nuestras Iglesias».
La Eucaristía ha finalizado con la acción de gracias de Pilar Rodríguez-Carretero Luna y la oración de envío del cardenal Blázquez.
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