Durante la mañana del sábado 22 de febrero un grupo de jóvenes católicos se reunió en las afueras de la Iglesia de los Santos Ángeles Custodios, ubicada en Santiago de Chile, la cual data del siglo XIX y que en el año 1990 fue declarada monumento histórico nacional, con el fin de pintar la fachada del templo. Este había resultado afectado con múltiples rayados por actos vandálicos en el contexto de crisis del orden social que está ocurriendo en ese país desde octubre del año pasado.
Los jóvenes, en conjunto con algunos feligreses, el coordinador parroquial y con el permiso del párroco Pbro. José Agustín Tapia Rodríguez, se organizaron para comprar los materiales necesarios para devolver la dignidad al templo, y mientras lo hacían algunos transeúntes se manifestaban en contra de la restauración alegando que los rayados del templo correspondían a «expresiones de arte popular» e «históricas». Esta hostilidad no impidió que con algunos se intentase entablar un diálogo constructivo que lamentablemente no fue fecundo.
Una joven que participó, llamada María Ester, invitó en este contexto social a todos los católicos a salir y defender sus iglesias y a no dejarse intimidar por el miedo y los violentistas.
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