(AsiaNews/InfoCatólica) El pasado miércoles 27 de febrero se celebró en Amán (Jordania) un «encuentro fraterno» de las Iglesias ortodoxas. El objetivo del encuentro, convocado por el Patriarca de Jerusalén, Teófilo III, era discutir y superar la crisis en que se encuentra la Ortodoxia desde finales de 2018, cuando el Patriarcado de Constantinopla reconoció oficialmente la autonomía (autocefalía) con respecto a Moscú de la Iglesia ortodoxa de Ucrania, un reconocimiento que causó la ruptura de la comunión con el Patriarcado de Moscú.
En el encuentro no se reunieron todos los ortodoxos, sino únicamente representantes de 6 de las 15 Iglesias ortodoxas autocéfalas, todas ellas favorables a la postura de Moscú: el Patriarca Kiril y el Metropolita Hilarión Alfeyev de Rusia, el Metropolita ucraniano prorruso Onufryj Berezovskyj de Kiev, el Patriarca Irinej Gavrilović de Serbia, el Metropolita Rastislav Gont de la República Checa y Eslovaquia, y el organizador Teófilo III, Patriarca de Jerusalén, además de algunos delegados menores de Rumanía y Polonia.
La ausencia del Patriarcado de Antioquía se debió a la llamada «cuestión de Qatar», que lo enfrenta con el Patriarcado de Jerusalén, ya que ambos reivindican su jurisdicción sobre el territorio de ese país de Oriente Medio. El Metropolita ruso Hilarión Alfeyev declaró en ese sentido que «muchas de las Iglesias que no han venido comparten nuestras posiciones, y no han podido participar por cuestiones prácticas».
Tampoco asistieron a la reunión los ortodoxos favorables a la autocefalía de Kiev, en particular el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé, primus inter pares de los Patriarcas ortodoxos. En ese sentido, el Patriarca Ecuménico expresó su rechazo con respecto al encuentro: «Si queremos ser fieles a nosotros mismos y vivir según Dios, siguiendo los principios pluriseculares de la Ortodoxia, entonces todas las Iglesias locales deberían negarse a participar en un encuentro de Iglesias favorables a la Federación de Rusia».
Los representantes del Patriarcado de Moscú destacaron que el encuentro de Amán representaba al 80 % de los ortodoxos del mundo (la gran mayoría de los cuales viven en Rusia y Ucrania). El Patriarcado de Constantinopla respondió diciendo que «la superioridad numérica nunca ha sido esencial para la moral ortodoxa».
Además de condenar la autocefalía ucraniana, el encuentro abordó otros temas similares de jurisdicción. El Patriarca serbio protestó por el deseo del Gobierno de Montenegro de aumentar la autonomía de la Iglesia ortodoxa local con respecto al Patriarcado de Belgrado. Por su parte, el Patriarca Teófilo de Jerusalén insistió en que Qatar pertenecía a su Patriarcado.
El Patriarca Kiril de Moscú consideró que era necesario organizar estos encuentros de forma periódica para sustituir a las reuniones convocadas por el Patriarca de Constantinopla, ya que «las Iglesias quieren tener una plataforma común para discutir varios problemas… la que existía antes dejó de tener significado, porque el Patriarca de Constantinopla quería resolver todo solo». El comentario es una clara alusión al Concilio Panortodoxo celebrado en Creta en el 2016, que fracasó precisamente por la ausencia de los rusos, los cuales rechazan lo que a veces se ha llamado el «papismo ortodoxo» del Patriarca Bartolomé, es decir, su pretensión de ejercer el liderazgo entre los ortodoxos a pesar de que su Patriarcado apenas equivale al 2 % de los ortodoxos del mundo.
El comunicado final de la asamblea recuerda que «las cuestiones referidas a problemas de índole panortodoxa, incluyendo la concesión de la autocefalía a Iglesias particulares, deberán ser resueltas de manera definitiva en el espíritu del diálogo panortodoxo y de la unidad. Y también del consenso de todos los ortodoxos». Asimismo, expresó el deseo de organizar un próximo encuentro «antes de fin de año», con la esperanza de que puedan participar las demás Iglesias, empezando por la de Constantinopla.
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