La Conferencia episcopal de Alemania (DBK) acaba de publicar un resumen de las estadísticas del año anterior (2020). Como suele ser costumbre, a mediados de julio. Así que voy a repetir el esquema de otros años, recordando que los datos no son resultado de una encuesta, es casi censal, si pagas «eres» católico, y si no lo haces, aunque quieras dar el dinero a la Iglesia directamente los obispos alemanes, en la práctica, te excomulgan y no cuentas.
Es año de pandemia, así que hay que tener cuidado con los análisis. Eso sí, se puede afirmar sin dudas que el «Camino sinodal» no detiene la sangría, 221.390 personas abandonaron la Iglesia católica (algo menos que en 2019 en el que se llegó al récord, 272.771). Es el segundo año de más apostasías. Pero es que además, el número total de católicos disminuye en 407.024 personas (incluye defunciones). En 2020 el número de católicos en Alemania es de 22.193.347 personas.
La proporción de la población oficialmente católica en Alemania es ahora 26,7 por ciento de la población total. En 2019, la proporción todavía era del 27,2 por ciento.
Los datos de este año, sin anestesia son peores:
- Menos bautismos: 104.610 (159.043 en 2019) sigue la tendencia descendente, lo que supone que año a año el «crecimiento orgánico» será menor.
- Muchas menos confirmaciones 75.387 (123,253 en 2019), probable efecto pandemia.
- Primeras Comuniones: 139.752 (166.481en 2019)
- Menos de un tercio de bodas: 11.018 (38.537en 2019)
- Esperablemente más funerales: 236.546 (233.937 en 2019)
Como los últimos años no se ofrecen datos de confesiones. Dado que en 2015 la propia DBK reconocía que sólo el 54% de los mismos sacerdotes se confesaban al menos una vez al año, no es de extrañar la ausencia.
No es una foto muy bonita, aunque quizá lo peor es que no apunte a ninguna «primavera», la práctica religiosa baja al 5,9%, el año anterior ya era baja con un 9,1%. En 2017 baja del 10% y en el año 2000 era del 16,5%.
El número de sacerdotes disminuyó en 418 a 12.565 sacerdotes. En 2019 todavía había 12,983 sacerdotes ejerciendo el ministerio en Alemania.
La evangelización de adultos (para aquellos les produzca urticaria lo de proselitismo) no es muy numerosa: hay muy pocas admisiones a la iglesia; 1.578 ingresaron a la iglesia (1.390 de ellos protestantes) También bajó el número de los que «volvieron a casa»: 4.358 (2019: 5.339).
Vuelta la burra al trigo
Los datos muestran también que la campaña contra el cardenal de Colonia, no se sostiene. Sectores radicalizados de la «Asamblea Sinodal» fueron a la caza del cardenal Woelki, como uno de los fuertes valladares frente a la deriva del «Camino sinodal».
La extraña pseudo-renuncia del cardenal Marx parecía el último acto. No, la gestión del cardenal Woelki no es la causa. La de Bätzing o Marx es peor.
Lógicamente en la diócesis de Colonia hay más abandonos que en otras diócesis, fundamentalmente porque es la diócesis con más católicos de Alemania, pero los nuevos datos muestran que respecto al número de católicos de la diócesis el porcentaje de «apostasías» es superior en diócesis como Berlin, Dresden, Hildesheim, Munich (Cardenal Marx) o Limburgo (Mons. Bätzing). Incluso está por debajo de la media nacional.
Inasequible al desaliento Mons. Georg Bätzing, Obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, afirmó este miércoles en una declaración que «pese a las deprimentes cifras de estas estadísticas, me gustaría agradecer a todos los que están comprometidos a vivir su fe en la Iglesia y la sociedad, especialmente quienes trabajan a tiempo completo en la atención pastoral: sacerdotes, diáconos y asistentes pastorales y parroquiales».
El Obispo dijo además que pese a los grandes esfuerzos de la Iglesia ante la pandemia del coronavirus, esta también experimenta «un profundo shock».
«Esto también se ve reflejado en las estadísticas de la gente que deja la Iglesia, lo que encuentro doloroso para nuestra comunidad. Muchos han perdido la confianza y quieren enviar una señal saliendo de la Iglesia», dijo el Prelado alemán.
«Tomamos esto muy seriamente y tenemos que enfrentar esta situación abierta y honestamente y dar respuestas a las preguntas que nos hacen».
Mons. Bätzing indicó que «esto incluye, antes que nada, una revisión general de los casos de abuso sexual. Y esto incluye el asunto del poder y la separación de poderes en la Iglesia. Tengo mucha esperanza en que el Camino Sinodal pueda hacer su contribución para generar una nueva confianza».
Mons. Bätzing tiene mucha esperanza en el Camino sinodal. Otros la tenemos en el Señor y la multitud de buenos católicos alemanes.
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