(Aci Prensa/Agencias) El cardenal Angelo Becciu, obligado a renunciar por el papa Francisco en septiembre del año pasado, ha defendido su «inocencia» y ha negado las acusaciones de malversación y soborno que le imputa la justicia del Vaticano tras la primera audiencia por las irregularidades en la compra de un lujoso apartamento en Londres. «Estoy sereno y tranquilo. Tengo confianza en que los jueces sabrán ver con claridad los hechos y mi gran esperanza es cierta que reconocerán mi inocencia», ha declarado a la salida del juicio su abogado, Fabio Viglione.
El proceso judicial, de gran complejidad por el tamaño de la causa elaborada por los fiscales durante meses y por las múltiples ramificaciones del caso, tiene como principal elemento la compra de un edificio en Londres por parte del Vaticano en 2014 para su transformación en apartamentos de lujo.
La compra se realizó, sin embargo, el inmueble no se pudo reformar porque no cumplía con los requisitos de la ley de urbanística de Londres y no se obtuvieron los permisos. El fracaso de la operación supuso un grave perjuicio en las arcas vaticanas.
El cardenal Becciu, que entonces era el Sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, se habría valido de su cargo, siempre según las acusaciones, para obtener 300 millones de euros en préstamos del Instituto de Obras de Religión (IOR) y un fondo suizo de dudosa reputación para financiar la operación inmobiliaria.
Es la primera vez que la justicia vaticana encausa a un miembro del colegio cardenalicio, el órgano representante de la alta jerarquía eclesiástica.
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